El Pádel, un deporte que está tomando un auge muy importante en nuestra ciudad, tiene la particularidad que tuvo su origen en nuestro país.
El Pádel surge en el año de 1962 precisamente en el Puerto de Acapulco, cuando Don Enrique Corcuera incorpora, a un frontón de su casa, una pared opuesta al mismo de unos tres metros de altura. El muro opuesto a la pared de frontón lo manda a construir pues la pelota se iba mucho a la casa del vecino. La incorporación de la red fue una genialidad de Don Enrique para así crear el concepto del nuevo deporte. El primer reglamento lo compagina su esposa Viviana, quien lo edita y se lo regala en su cumpleaños.
Durante las siguientes décadas, el Pádel ha ido creciendo de manera muy importante, especialmente en países como Argentina y España. En este segundo país se ha vuelto el deporte más practicado después del fútbol.
Esta tendencia se ha vuelto mundial y nuestra ciudad no es la excepción. En Mérida, el Pádel se practica con mucho entusiasmo por sus seguidores. En los últimos años se han incorporado canchas de Pádel en la mayoría de los clubes sociales, en muchas privadas residenciales de reciente desarrollo y se han construido instalaciones propias para el deporte hermano del deporte blanco.
La cancha para jugar pádel es de 10x20 metros, su superficie puede ser de concreto o pasto sintético, tiene una red de 88 centímetros que divide en dos la cancha. En las partes posteriores de cada lado tiene paredes de cristal o concreto de 3 metros de alto, y a los costados estas mismas paredes son bajas y se complementan con rejas formando una especie de caja. El juego oficial es de dobles y se cuentan los puntos de la misma manera que en el tenis. Para poder jugar este juego, se requiere de una pala especial para pádel por cada jugador.
Tal parece que los meridanos han descubierto la magia que tiene este deporte y se han enamorado de la misma manera que en Madrid se vive la pasión. Deporte que sin traer consigo el compromiso que tiene un deporte en equipo, permite al jugador la experiencia de trabajo en equipo y la divertida convivencia; regalando un rato en donde todo lo demás no importa y todos estamos con el mismo compromiso, pasar un rato agradable, hacer unas horas de ejercicio, sudar las preocupaciones del día, combinando a la perfección la mezcla deportiva y social que es su esencia.
Su reducida superficie, su fácil aprendizaje, el buen rato que le obsequia a sus jugadores, han hecho de este deporte el escape al final del día de muchos meridanos que desde media mañana envían y reciben mensajes en varios grupos de las redes sociales escogiendo pareja, horario y cancha para un rato de deporte y diversión.
A quien no lo ha probado invito a darse la oportunidad de conocer una excelente opción de convivencia con amigos, deporte y vida sana que sin demasiada inversión el pádel les puede obsequiar.
LOS MERIDANOS HAN DESCUBIERTO LA MAGIA QUE TIENE ESTE DEPORTE Y SE HAN ENAMORADO DE LA MISMA MANERA QUE EN MADRID SE VIVE LA PASIÓN.
Por: Patricio Espinosa Ongay