Cuando hablamos de una imagen urbana apropiada nos referimos a los diferentes elementos, ya sean naturales o construidos por el hombre, que juntos forman un marco urbano. Dicha imagen genera a los ciudadanos un entendimiento visual. Es decir, lo que la gente interpreta del lugar es lo que hace apropiado determinado entendimiento.
Una buena imagen urbana debe reforzar la vitalidad del lugar por medio de tres aspectos: la legibilidad, la versatilidad y la variedad.
La legibilidad se encarga de que un espacio sea comprensible para el ciudadano. Esto quiere decir, que el ciudadano se siente en un espacio que le transmita su identidad. De la misma manera el aspecto del lugar debe ayudar a la gente a entender el uso que contiene dicho lugar.
Podemos decir que si se da una interpretación negativa, el potencial vital es reducido.
Cuando un lugar es diseñado para diferentes actividades, les ofrece más a los usuarios que uno diseñado para una sola actividad; esto es conocido como versatilidad.
La versatilidad es tan importante tanto en los espacios exteriores como en los interiores. Una vivienda tiene la oportunidad de ser versátil cuando se toman en cuenta dos factores: el tamaño del lote y los módulos de diseño. Esto quiere decir, que el proyecto a largo plazo puede atravesar una modificación o ampliación.
La variedad de un espacio le brinda al usuario más experiencia a elegir. Para lograr esta experiencia son necesarios lugares con diferentes formas, usos y significados. Mientras más variedad mayor entorno vital.
La imagen apropiada es, y ha sido siempre de gran importancia dentro de una planeación urbana, ya que es lo que ayuda a la organización de una ciudad. Esto con el fin de poder tener espacios variados, legibles y versátiles y así poder resolver los distintos problemas de una ciudad.