Regar es una de las actividades más relajantes que conozco. Personalmente la disfruto mucho. Sin embargo, es también una de las actividades prioritarias para nuestro jardín, y es muy común ver jardines que estuvieron verdes y cuidados, decaer por falta de un riego constante. Cuando el riego se hace manual, la constancia de quien riega y la forma como lo hace (tiempo y uniformidad) se convierten en factores clave para tener un jardín verde y hermoso.
Ante esta situación, una de las mejores soluciones que se le plantea a toda persona que cuenta con áreas verdes en su casa, es la construcción de un buen sistema de riego. Probablemente al escuchar “sistema de riego” nos imaginemos algo muy costoso o muy sofisticado para nuestras necesidades. Sin embargo, no es así. Los sistemas de riego pueden ser diseñados para cualquier tipo de jardín, incluso aquellos que funcionan como huertos orgánicos en casa, y ajustarse a las posibilidades de nuestros bolsillos.
BENEFICIOS
1. El primer beneficio de la construcción de un sistema de riego es que es una solución a largo plazo. Al acercarte a un experto, la inversión que hagas en tu sistema de riego, te proveerá de una solución por muchos años y garantizará que esa tarea tan importante para el jardín se haga de forma fácil y adecuada.
2. El buen diseño de un sistema de riego se basa en la cantidad adecuada de agua que los cultivos/plantas/pastos necesitan y se proponen los medios de aspersión y/o goteo que ayuden a llevar la cantidad de agua precisa en el lugar exacto. Existen una gran variedad de aspersores, goteros, rotores para cubrir con toda la gama de necesidades.
3. Finalmente, el correcto diseño de tu sistema de riego, estará contribuyendo al cuidado y buen uso del agua, que como sabemos es un recurso no renovable y que cada vez es más escaso. Hay excelentes productos en el mercado, como el MP ROTATOR que está a la cabeza de la tecnología del buen riego, garantizando una excelente uniformidad, al tiempo que emplea el agua suficiente para evitar que se desperdicie. Regando de esta manera permitimos que las plantas o el pasto aprovechen el agua y evitamos que se “inunden” o por el contrario que se pierda el agua filtrándose al subsuelo, sin que los pastos o plantas lo hayan aprovechado. Además, tiene una excelente resistencia a la suciedad y al sarro provocado por la dureza de nuestra agua. Un buen sistema de riego puede adaptarse a cualquier casa, o a cualquier necesidad. Basta con tener claro algunos puntos importantes: 1) de dónde se tomará el agua (el pozo y la cisterna suelen ser los más comunes en Mérida); 2) qué tengo que regar y cuánta agua necesita (su jardinero puede ayudar con la cantidad adecuada de agua) y 3) que todas las áreas verdes que se quieran regar con el sistema se encuentren comunicadas a través de tuberías, para poder hacer llegar el agua a todas partes. Este último punto debes consultarlo con tu constructor, para evitar en el futuro cortes en pisos o muros.
Aunque en la “columna vertebral” todos los sistemas de riego son básicamente iguales, existen ciertos elementos que le darán mayor funcionalidad y te harán la vida más fácil.
1. Automatizarlo es la primera opción que hará tu experiencia de regar totalmente diferente. No te preocupes por encender y apagar. Basta con programarlo y el controlador se encargará de todo.
2. Ahora, si quieres poder tener un mayor control de tu riego puedes añadir algunos sensores de humedad en la tierra, o evapotranspiración (mide humedad y evaporación en el aire), o incluso sensores de flujo que pueden apagar el sistema ante una fuga o exceso de caudal.
3. Ya si te interesa estar a la vanguardia de la tecnología, existe también un controlador capaz de programarse para responder a los cambios de clima tomando información desde tres estaciones meteorológicas escogidas por ti y que además te permitirá acceder a la programación desde tu Smartphone. En fin, el mejor aliado de un buen jardín es un buen riego. Acude con un especialista y pregunta por las opciones que más te convengan según tus necesidades.