Los créditos hipotecarios se han convertido en una alternativa de financiamiento de vivienda para personas empleadas e independientes, pero hoy en día uno de los errores que se cometen, es buscar primeramente la vivienda de tus sueños y después el canal de financiamiento para adquirirla.
Ésta intención se trunca en la mayoría de los casos, cuando se trata de adquirir lo que será mi primera vivienda un patrimonio para mi familia, ya que dejamos de ver que se adquirirá un crédito a largo plazo en la mayoría de los casos entre 15 y 20 años, el cual se tendrá que pagar mensualmente y no nos hacemos la pregunta: ¿realmente me alcanza con mis ingresos para cubrir esa mensualidad?
Haciéndonos esa pregunta es donde debemos partir, ¿con mis ingresos para qué me alcanza?. Por lo que a continuación se explica de manera simple cómo podemos saber y contestarnos esa pregunta y para eso debemos tomar en cuenta dos reglas:
-1ª Relación Pago Ingreso (RPI)
-2ª Nivel de Endeudamiento.
1ª regla: es importante tener claro cuánto realmente es lo que percibimos o generamos de ingresos mensualmente para saber con cuánto cuento y lo que vamos a destinar para el pago de la hipoteca, ésta no debe ser mayor al 30%. Como regla simple quedaría de la siguiente forma:
Mensualidad crédito hipotecario / Ingresos mensuales = 30% (RPI)
Consideremos que el tener claro que de nuestro sueldo podemos destinar el 30% para pagar la hipoteca, nos abre el panorama a qué monto de crédito podemos aspirar.
La 2ª regla: es la capacidad de pago, la cual se refiere a qué porcentaje de mi sueldo vamos a destinar para nuestros compromisos crediticios (tarjetas de crédito, préstamos personales, créditos de auto) incluyendo el crédito hipotecario, para lo que se recomienda destinar el 40% de nuestro sueldo con la finalidad de poder estar cubiertos en todos nuestros gastos.
Mensualidad crédito hipotecario + compromisos crediticios / ingresos mensuales = 40%